Ana Karina Santos. Chicos disfrazados, dulces, juegos y hasta rituales, giran en torno a la noche de brujas o celebración del Halloween que festejan el 31 de octubre en muchos países del mundo.
Fantasmas, vampiros, seres extraterrestres, brujas y calaveras están a la orden del día durante etas echas que se han convertido en todo un festejo para los más pequeños de la casa, pero muy pocas personas conocen el verdadero origen de esta tradición.
La religión y el paganismo entran en juego en estas festividades que se originaron en el Reino Unido, y proviene de la palabra inglesa «All Hallows’ Eve», que significa víspera de todos los santos.
Vale resaltar que la Iglesia católica celebra el «Día de todos los santos«, para honrar a quienes «gozan de la vida eterna en la presencia de Dios» y que no aparecen en santorales o no se conoce su nombre. En las tradiciones antiguas se quemaba la paja indicando el fin de la cosecha y para alejar la brujería y los hechizos.
Según los historiadores esta celebración es pagana y proviene de los celtas quienes festejaban el Samhain, marcado por el fin de verano y la llegada de los días cortos y fríos del otoño, con una duración de tres días, iniciándose el 31 de octubre. De modo que su sentido original fue cambiando en cada país y con el paso del tiempo, cada uno de ellos, fue dándole un sentido particular a la celebración.
Lo que hoy se conoce como treta o truco en el que los niños acuden a las casas vecinas a pedir alimentos o dulces, simboliza la liberación de almas del purgatorio.
La tradición llegó a los Estados Unidos durante a migración de irlandeses durante la gran hambruna, en Norteamérica adoptaron rápidamente la costumbre y le agregaron el espantapájaros como ícono de la festividad.
En muchos países de Latinoamérica se celebra Halloween y registra altas ganancias para los comercios, chicos y adultos, bailan, cantan, juegan, se disfrazan y hacen un alto en su vida, para sacudirse las malas vibras y hasta enfrentar sus peores temores.
